Si bien las extinciones han sido el pan de cada día en la larga historia del planeta, desde que el ser humano inició sus movimientos, primero a pie y más tarde navegando, el número de especies que se han extinguido y las que están en riesgo ha aumentado considerablemente.
En 1964 se estableció la Lista Roja de las especies amenazadas de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN) que se ha convertido en la autoridad internacional en el tema.
Actualmente (2023) se han registrado 2,153,294 especies en el planeta, de las cuales se ha evaluado solo el 7% (157,190) y de esas 44,016 se encuentran en riesgo. Los grupos mejor evaluados son los vertebrados (peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos) y las plantas superiores (pinos, cícadas, plantas con flores).
Para México, la Lista Roja de IUCN incluye 25 especies extintas, 495 especies en peligro crítico, 1,183 amenazadas, y 937 vulnerables, con un total de 2,640. Las principales causas de su estado son la transformación y pérdida de hábitat (desarrollo urbano, agricultura, ganadería), la sobrexplotación (productos maderables), pesca, cacería de subsistencia), la introducción de especies invasoras (accidental o deliberadamente) , la contaminación (agrícola, industrial, urbana), y el cambio climático.
En México, la primera lista de especies en riesgo se publicó en 1994. Después de varias actualizaciones actualmente incluye cuatro categorías: Probablemente extinta den el medio silvestre (48 especies), En Peligro de Extinción (535), Amenazadas (912) y Sujetas a Protección Especial (1183) con un total de 2,678 especies. Aunque el total de especies en ambas listas es parecido, la composición de las especies es distinta. La lista se encuentra en el Diario Oficial de la Federación (2019). Desafortunadamente, no es un instrumento muy efectivo ya que no se actualiza cada 3 años o antes, como lo establece la Ley General de Vida Silvestre.
El carpintero imperial, conocido localmente como "pitorreal", fue la especie más grande de la familia (Picidae) con 50 a 60 cm de tamaño. Esta especie, endémica de México, vivió en los bosques de pino de la Sierra Madre Occidental desde Chihuahua hasta Michoacán. Descrita en 1832 y registrada por última vez en 1956 en Durango por el naturalista estadounidense William L. Rhein, ha sido una de las extinciones más rápidas en la historia.
Hay especies que tienen un mayor riesgo de extinción debido a sus características poblacionales. Las especies poco abundantes o con áreas distribución pequeñas pueden desaparecer completamente cuando hay una transformación de su hábitat. Debido a las grandes transformaciones de hábitat que hemos ocasionado con el desarrollo caótico de zonas urbanas, carreteras, presas, zonas agrícolas, ganaderas, hemos reducido el área de distribución de muchas especies a pequeños fragmentos de hábitat cada vez más deteriorados.
Para restaurar las poblaciones de especies en riesgo es indispensable conocer las causas de su disminución poblacional. Estas causas pueden ser acumulativas. Por ejemplo, el ajolote mexicano, especie en Peligro de Extinción, perdió gran parte de su hábitat lacustre debido al desarrollo de la Ciudad de México, por mucho tiempo comercializaba como alimento y actualmente se comercializa ilegalmente como mascota (sobrexplotación), se han introducido especies exóticas invasoras (Carpas y tilapias) en lo poco que queda de hábitat lacustre (Xochimilco), y finalmente, el agua se contamina con fertilizantes e insecticidas por las prácticas agrícolas, particularmente por la producción de flores.
Si quieres conocer a las especies en riesgo cercanas a tu localidad puedes utilizar Enciclovida. Selecciona "búsqueda por región", incluye tu municipio o estado, la especie o grupo de interés (aves, mamíferos, magnolias y margaritas, etc.), y filtra por categorías de riesgo. Ahi se presentan las categorías de riesgo de México y las internacionales de la Lista Roja (UICN).
La biznaga burra, al igual que muchos otros cactos (Cactaceae) se considera en Peligro de Extinción. Es una especie endémica de México con distribución amplia en los matorrales áridos desde Coahuila hasta Oaxaca. Es de crecimiento lento y puede alcanzar hasta 4 metros de altura. Desafortunadamente, la producción del tradicional dulce de acitrón, a partir de su pulpa, ha tenido un gran impacto en sus poblaciones.