Aves migratorias

En México viven poco más de mil especies de aves, de ellas, más de una tercera parte realizan movimientos migratorios en alguna época del año. Las aves se desplazan por el continente guiadas por el Sol, las estrellas o la Luna, además, muchas de ellas poseen una brújula magnética para ubicar el norte y así realizar sus migraciones con precisión. También son capaces de reconocer características del terreno como las líneas de costa o el curso de los ríos. Muchas aves pueden detectar cambios ambientales como la disminución en las horas del día y la temperatura del aire y así se preparan para emprender el gran viaje.

Por nuestra ubicación geográfica, a México llegan o transitan más aves que en cualquier otro país del continente (Berlanga et al. 2015).

Las aves son uno de los grupos de vertebrados más numerosos en el planeta y muchas de ellas realizan migraciones estacionales en busca de recursos y mejores condiciones durante los fríos inviernos. En el continente americano, las migraciones de las aves son fenómenos maravillosos en los que miles de individuos se trasladan del norte del continente hacia el sur en otoño (finales de agosto a noviembre) y hacia el norte en la primavera.

Estos desplazamientos los realizan diferentes tipos de aves como golondrinas, garzas, playeritos, patos, colibríes, mosqueros, chipes, reinitas, zopilotes y aves de presa.


Bandada de Charranes y Pelícanos en un lago | Thomas Parker

La mayoría de las aves migratorias son invernales, es decir, se reproducen en el norte del continente en primavera y pasan los inviernos en México y Centroamérica. Dependiendo de la zona donde se reproducen, las aves toman diferentes rutas para llegar a sus destinos invernales; así mismo, dependiendo de la especie de ave, realizan su migración a diferentes altitudes.

Un gran número de aves canoras y acuáticas realizan sus migraciones durante la noche, evitando el calor excesivo y a los depredadores, mientras que la mayoría de aves de gran envergadura lo hacen durante el día aprovechando así las corrientes de aire ascendentes.

Entre los grupos de aves más representativos cuando de migración hablamos, es el de las golondrinas, que de hábitos alimenticios principalmente insectívoros, necesitan migrar a zonas dónde puedan encontrar el alimento necesario para su supervivencia. Muchas especies de golondrinas como la Golondrina bicolor o la Golondrina tijereta migran del norte del continente hacia zonas más cálidas buscando recursos alimenticios y zonas de reproducción.

Aves de percha


Como muchas otras aves, las aves de percha (Orden Passeriformes) se reproducen en el norte del continente y se desplazan hacia el sur durante los fríos inviernos pero, a diferencia de aves acuáticas y rapaces, muchas aves de percha migran por líneas de costa y otras tantas atraviesan el Golfo de México hasta llegar a la Península de Yucatán; algunas de ellas permanecen ahí y otras tantas continúan migrando hasta Centro y Sudamérica.


Chipe trepador | ©Iván Montes de Oca Cacheux


Saltapared barranqueño | ©Ignacio Torres García


Pavito migratorio | ©Iván Montes de Oca Cacheux

Del total de aves migratorias neotropicales (las que se reproducen al norte del continente en primavera y migran al sur en el otoño), más de la mitad son aves de pequeño tamaño entre las que destacan los chipes con el mayor número de especies, además de papamoscas, saltaparedes, zorzales y colibríes.

Aves acuáticas


Las aves acuáticas, pertenecientes a varios grupos (patos y gansos, playeras, zambullidores, pelícanos, entre otros). dependen completa o parcialmente de cuerpos de agua, ya sea dulce, salobre o salada donde realizan la mayoría de sus actividades como alimentación, reproducción y descanso.


Pelícano Blanco Americano | ©Iván Montes de Oca Cacheux


Pelícano Blanco Americano | ©Iván Montes de Oca Cacheux


Charrán ártico | ©Anna Golubeva

Las aves acuáticas tienen una gran variedad de formas, tamaños y colores, las hay grandes, con cuellos y patas largas, como garzas, cigüeñas e ibis; con patas palmeadas adaptadas al nado y al buceo, como patos, zambullidores y pelícanos, también hay aves de tamaño pequeño con patas delgadas y largas, con picos rectos o curvos y patas semipalmeadas como los playeros y los chorlitos.

Las especies dependientes del agua que habitan el norte del continente migran a Centro y Sudamérica en busca de lugares en donde pasar los fríos inviernos del norte. Inician el viaje en otoño para regresar a sus lugares de reproducción entre febrero y marzo.

Un caso excepcional es el del charrán ártico, un ave principalmente costera que migra desde las costas más al norte del continente hasta las costas antárticas buscando recursos a lo largo de su viaje. Se estima que esta especie de charrán puede recorrer hasta 80, 000 kilómetros anuales (Carsten et. al. 2009).

Río de rapaces



Zoplitote aura | ©Francisco José Morales Alvarado

Uno de los eventos migratorios más extraordinarios en México es el denominado “Río de rapaces”, en el que alrededor de 300 especies de aves se desplazan espectacularmente en enormes parvadas que incluyen aves rapaces, cigüeñas, colibríes y golondrinas. Todas ellas se desplazan del norte del continente hacia México, Centro y Sudamérica. A diferencia de otros grupos de aves que migran siguiendo las líneas costeras, éstas prefieren hacerlo sobrevolando tierra firme donde encuentran corrientes de viento ascendentes (termales) que facilitan sus desplazamientos.

Alrededor de 25 especies de aves rapaces pasan por México en su travesía, de las cuales, solo cuatro especies representan más del 90% y son el milano del Mississippi, el águila alas anchas, la aguililla de Swainson y el zopilote aura.

Veracruz es el estado más importante para presenciar este impresionante evento que podemos disfrutar durante el mes de octubre- La ciudad de José Cardel, en el centro del estado, es uno de los lugares más populares, sin embargo el “río de rapaces” se puede observar en los municipios de La Antigua, Úrsulo Galván, Puente Nacional, Paso de Ovejas y Actopan; ya que debido al embudo que se forma entre las montañas de las Sierra Madre Oriental y las costas veracruzanas, las enormes parvadas se compactan convirtiendo a esta zona en un observatorio natural de este espectacular fenómeno.

Referencias

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