Los humedales son ecosistemas que se caracterizan por estar inundados de agua, temporal o permanentemente con gran riqueza de flora y fauna adaptada a estas condiciones específicas.
El agua es el principal factor que controla el medio ambiente y las plantas y animales asociados. Pueden ser de agua dulce, salobre o salada, y se encuentran en todos los continentes excepto en la Antártida. Los principales tipos de humedales incluyen:
En los humedales saludables las condiciones del agua son adecuadas. Hay un balance entre los nutrientes que entran y los que salen. Las especies son nativas y forman parte de las redes de interacciones. Las especies del fitoplancton (cianofitas, diatomeas, algas verdes), zooplancton (protozoarios, ostrácodos, copépodos, rotíferos y cladóceros) y macroinvertebrados (larvas de insectos, moluscos, crustáceos, lombrices) no toleran la escasez de oxígeno o la contaminación (Ilustración: Carlos Galindo Zhidkova).
Almacenamiento y regulación del agua
Actúan como esponjas naturales que absorben el exceso de agua durante las inundaciones y la liberan lentamente durante los periodos secos, ayudando a prevenir inundaciones y sequías. Además, recargan los acuíferos subterráneos y mantienen el flujo de los ríos y arroyos.
Filtración y purificación del agua
La vegetación y los suelos de los humedales retienen sedimentos, nutrientes y contaminantes, mejorando la calidad del agua que fluye a través de ellos. Funcionan como sistemas de tratamiento de aguas naturales, eliminando toxinas y reduciendo la carga de contaminantes que llegan a otros cuerpos de agua.
Hábitat
Son refugio de una increíble diversidad de especies de plantas, aves, peces, anfibios e invertebrados. Albergan muchas especies endémicas y en peligro de extinción, y son vitales en las rutas migratorias de numerosas aves.
Secuestro de carbono
Los humedales son importantes sumideros de carbono, ya que almacenan grandes cantidades de materia orgánica y ayudan a mitigar el cambio climático. Su conservación es crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
En un humedal deteriorado, las condiciones del agua no son adecuadas, puede haber demasiados nutrientes que llegan de campos agrícolas, drenajes u otras fuentes. Hay especies introducidas (exóticas) que se vuelven abundantes y cambian la composición de la comunidad generalmente disminuyendo su riqueza. Las especies del fitoplancton (cianofitas, diatomeas, algas verdes), zooplancton (protozoarios, ostrácodos, copépodos, rotíferos y cladóceros) y macroinvertebrados (larvas de insectos, moluscos, crustáceos, lombrices) que toleran la escasez de oxígeno o la contaminación se vuelven abundantes (Ilustración: Carlos Galindo Zhidkova).
A pesar de su importancia, los humedales enfrentan numerosas amenazas que ponen en peligro su existencia y funcionalidad:
Transformación y deterioro
La expansión de áreas urbanas y agrícolas ha llevado a la destrucción y degradación de muchos humedales. La conversión de estos ecosistemas para construir infraestructuras o para la producción agrícola ha reducido su extensión y afectado su capacidad para proporcionar servicios ecosistémicos.
Contaminación
Son particularmente vulnerables a la contaminación por nutrientes, pesticidas, metales pesados y otros contaminantes provenientes de actividades humanas. La contaminación altera la composición química del agua, afectando a las especies que dependen de estos entornos.
El exceso de nutrientes provenientes de los fertilizantes, principalmente nitrógeno y fósforo resulta en una proliferación de algas y cianofitas, aumento de turbiedad del agua, disminución de luz y oxígeno, mortandad de peces. Este fenómeno se conoce como eutroficación”.
Cambio climático
El aumento de temperatura afecta a los humedales directamente y a través de alteraciones en los patrones de precipitación y el aumento del nivel del mar. Estas modificaciones pueden alterar la hidrología de los humedales, afectando su capacidad para sustentar la riqueza biológica y proporcionar servicios ecosistémicos.
Introducción de especies invasoras
Los nuevos colonizadores pueden desplazar a las especies nativas y alterar las funciones ecológicas de los humedales. Estas especies a menudo no tienen depredadores naturales en los nuevos entornos, lo que les permite proliferar y causar daños ecológicos significativos.
Para proteger y restaurar los humedales, es crucial implementar estrategias de conservación y manejo sostenible que incluyan:
Los humedales son ecosistemas vitales que ofrecen innumerables beneficios ecológicos, económicos y sociales. Sin embargo, enfrentan serias amenazas que requieren atención urgente y acciones concertadas. La conservación y manejo sostenible de los humedales son esenciales para garantizar su preservación y la continuidad de la diversidad de servicios que brindan para las generaciones futuras.
La convención Ramsar (1971) tiene como misión la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, y nacionales. México forma parte de esta convención desde 1986 y actualmente hay más de 140 sitios (90,000 km2) inscritos como humedales Ramsar.
Algunos proyectos en sitios Ramsar
Estos humedales también conocidos como humedales construidos son sistemas que aprovechan procesos naturales para mejorar la calidad del agua. Los humedales construidos no son algo nuevo, tienen más de 100 años. Sin embargo, cobraron fuerza en Alemania alrededor de 1950 y actualmente están en primer plano con la iniciativa de Soluciones basadas en la Naturaleza.
Las soluciones basadas en la naturaleza se utilizan para enfrentar desafíos de la sociedad a través de la protección, manejo sostenible y restauración de ecosistemas naturales y modificados, con beneficios para la naturaleza y la gente.
Hay una gran diversidad de humedales artificiales o construidos que podemos dividir en los de flujo superficial y los de flujo subterráneo. Entre los humedales artificiales de flujo superficial se distinguen por el tipo de plantas acuáticas que se utiliza que puede ser de seis tipos:
Los humedales artificiales de flujo subterráneo se dividen en: de flujo horizontal y de flujo vertical. Los primeros utilizan con material filtrador (grava de entre 5 y 20 mm) y especies como el carrizo, tule y lirio amarillo. Las de flujo vertical también utilizan gravas y plantas como el carrizo.
También se pueden diseñar humedales híbridos que incluyan humedales superficiales y subterráneos y mezclas de plantas acuáticas para mejorar la eficiencia. En un principio los humedales construidos estaban dedicados al tratamiento de aguas negras. Sin embargo, los humedales artificiales pueden tratar, acumular o reciclar agua y nutrientes.
Este proyecto inaugurado en 2017 extrae 30 mil litros diarios de aguas negras (residuales) del entubado río de la Piedad al oeste de avenida Insurgentes y Viaducto en la Ciudad de México. El agua extraída pasa por ocho biodigestores y cuatro tipos de humedales que remueven los contaminantes: sólidos suspendidos, metales pesados, exceso de nutrientes, microorganismos patógenos.
El ecoducto limpia el agua, ahorrando tratamientos costosos, y se utiliza para regar las jardineras del corredor de 1.6 kilómetros. Además, la vegetación capta bióxido de carbono, produce oxígeno, disminuye el calor, el ruido y ofrece una oportunidad recreativa a los vecinos, en medio de la gran ciudad.
Antes de la creación de la iniciativa, se registraron tres especies de plantas. A la fecha en el Ecoducto se han registrado con iNaturalistMX alrededor de 140 especies, la mitad son plantas cultivadas y espontáneas y la otra mitad son animales, que incluyen varias especies de polinizadores como abejas, abejorros, mariposas y polillas.
El lago de Xochimilco, en el sur de la Ciudad de México, uno de los pocos remanentes de los antiguos lagos de Texcoco, ha ido deteriorándose y desapareciendo debido a las presiones de la Ciudad de México. El desarrollo urbano sin planeación no respetó este valioso ecosistema que fue tan importante para las culturas antiguas de la cuenca de México.
La ampliación del Periférico en 1968, el encajonamiento del Río San Buenaventura proveniente del Ajusco, y los desarrollos urbanos sin planeación, redujeron y fragmentaron los remanentes del Lago, destruyendo por completo sus relaciones hidrológicas. El periférico dividió a Xochimilco en dos secciones.
En el camellón del periférico se creo espontáneamente un humedal dominado por tules. Esta especie llegó a dominar el humedal avanzando la sucesión ecológica por la sedimentación y como resultado hubo varios incendios en 2019. Durante la pandemia se construyó el puente de Cuemanco para mejorar la circulación del poniente al oriente de la ciudad. Debajo del puente se restauró el humedal, en donde actualmente se han registrado alrededor de 190 especies, incluyendo 41 especies de aves, cinco especies de mamíferos, entre los que destacan el tlacuache y el cacomixtle, tortugas, cincuate y ranas.
Además se han documentado especies endémicas y amenazadas en el nuevo humedal, como el alicante, el rana plegada y el pato mexicano. Esta última ha utilizando el humedal para su reproducción como los demuestran los registros de hembras con crías y jóvenes.
También utilizan el humedal construido algunas especies migratorias como la cerceta canela, cerceta alas azules, pelícano blanco y el martín pescador norteño.